MATÍAS RODRÍGUEZ DÍEZ, intelectual astorgano. maestro de instrucción primaria, ya había publicado en 1873 una primera edición de esta obra de 273 páginas y en 1909 ya sale la obra definitiva de casi mil páginas
HISTORIA
DE LA MUY NOBLE, LEAL Y BENEMÉRITA CIUDAD DE ASTORGA
En esta obra habla de varios personajes de Astorga y alrededores que han triunfado en
diferentes campos y así en la página 688 y siguientes dice:
En la
misma capital de la Gran Bretaña, la mejor relojería y la más relacionada con
América, ha sido durante muchos años la de Losada (Regent Stret 105) donde aun
se conserva acreditada por sus sobrinos los Sres. Riego y Losada. El industrial
que dio su nombre á este famoso establecimiento, nació en Iruela, pueblo de
Cabrera, detrás del Teleno, y la odisea de sus aventuras es de las más
curiosas. Siendo niño y cuidando, como pastor, un rebaño vacuno, tuvo la
desgracia de que se le extraviase una ternera. Notada la falta, el pobre niño
fué castigado y obligado á salir aquella misma noche en busca del animal, que
después se averiguó que había sido devorado por los lobos. Viendo inútiles sus
pesquisas por las ásperas sierras de la Cabrera y temeroso de otros malos
tratamientos por una falta que en razón no se le podia imputar, se alejó hasta
los pueblos inmediatos de la Sanabria, siguió fatigado, desamparado y triste
por Castilla hasta tropezar al fin con algún protector anónimo que, utilizando
sus aptitudes, le llevó á Extremadura.
Era
aproximadamente por el año 1830, cuando fué complicado en uno de aquellos
conatos revolucionarios de la época, por cuyo fracaso vióse en la necesidad de
emigrar á Portugal. De Lisboa fué alejado á Inglaterra como emigrado político,
y hallóse en la inmensa ciudad de Londres, ignorante del idioma, sin
relaciones, paseando medio muerto de hambre las calles, y sufriendo toda clase
de penalidades, hasta que logró colocarse en calidad de ínfimo sirviente ó
barrendero en una relojería. En los momentos de la limpieza comenzó á fijarse
en el mecanismo de los relojes, en las mesas, útiles y herramientas de los
operarios; y luego, cuando éstos trabajaban, examinaba con la mayor atención
sus actos y labores, llegando á adquirir de esta manera tales conocimientos
que, cuando se hallaba solo en el taller, hacía por su cuenta algunas
composturas de relojes, las cuales, notadas al fin por el jefe de la casa,
dieron ocasión á éste para cambiarle su servil empleo por el de oficial. En
este puesto hizo tan rápidos "progresos el Sr. Losada que bien pronto
aventajó á sus demás compañeros de tareas, hasta llegar á ser el jefe de la
relojería, por enfermedad del dueño. Muerto este, Losada, que se había hecho
apreciable por todos conceptos, se casó con la viuda y desarrolló sus grandes
aptitudes mecánicas y comerciales, elevando la relojería á tal altura que su
reputación es todavía universal.
La famosa
relojería de Losada fue en Londres el centro de los españoles y el
refugio permanente de los emigrados de todos los partidos. Fue en
mucho tiempo la tertulia del habla española, en la que también se reunían
los emigrados de todas las repúblicas hispano americanas.
D. Juan
Manuel de Rozas, que gobernó veintidós años en Buenos Aires; D. Ramón Cabrera,
que tanta reputación tuvo entre los carlistas de España; D. Juan Prim, el
bizarro general de la guerra marroquí y de la revolución española; el duque de
Montpensier, que tanta influencia ejerció en la caída de los Borbones en 1868;
D. José Zorrilla, el gran poeta, autor de una interesante composición titulada
La Repetición dé Losada, en la que se contienen curiosas referencias sobre los
visitantes de la relojería del hijo de Iruela, fueron, con otros ilustres
militares, políticos y literatos, contertulios de nuestro paisano en la gran
metrópoli de Inglaterra. El Sr. Losada no tuvo hijos. En su vejez sintió más
que nunca la nostalgia y quiso visitar y proteger el pueblo de su nacimiento.
Acostumbrado á las comodidades de la vida inglesa, sufrió graves molestias
en su viaje por la falta de caminos carreteros para llegar al pueblo natal,
teniendo que hacer la travesía á caballo. Por estas dificultades no volvió á
visitar su inolvidable patria, ni pudo acaso favorecerla según su laudable propósito.
Recuerdo de su patriotismo y de su visita es el magnífico reloj de gran muestra
que en la Puerta del Sol, en Madrid, ostenta sobre su fachada principal el
Ministerio de la Gobernación.
Aquí comienzan a atribuirse a Losada amistades importantísimas, amigos que además se autentifican con publicaciones de un autor anterior, en este caso del gran José Zorrilla. Sin negar que esto pueda ser cierto quiero hacer algunos apuntes sobre ello.
Zorrilla como ya hemos visto y vemos de nuevo en los versos que siguen no da nombres, habla de que Losada acoge a todo español que llegue a él y en esta época coinciden en Londres los personajes citados por Matías Rodríguez y muchos otros, las continuas revueltas políticas hacen que se cree el Comité de Ayuda a los Emigrantes, organización que socorre al mismo Losada a su llegada a Londres y que sin duda este agradecido y desde que su posición se lo permite, es miembro destacado del Comité y por lo tanto favorecedor de los que a él llegan.
Luis Alonso Luengo en su obra EL Reloj de la Puerta del Sol hace coincidir a Losada y a don Matías en Astorga y cita para ello la obra de la que aquí tratamos, sin embargo nada de esto se dice en ella. En ningún sitio afirma que coincidiera con Losada. Desde la muerte de Losada en 1870 a la publicación de don Matías en 1909 han pasado muchos años y las afirmaciones que este hace puede que sólo intente aumentar la importancia de los personajes de Astorga y alrededores.
Zorrilla como ya hemos visto y vemos de nuevo en los versos que siguen no da nombres, habla de que Losada acoge a todo español que llegue a él y en esta época coinciden en Londres los personajes citados por Matías Rodríguez y muchos otros, las continuas revueltas políticas hacen que se cree el Comité de Ayuda a los Emigrantes, organización que socorre al mismo Losada a su llegada a Londres y que sin duda este agradecido y desde que su posición se lo permite, es miembro destacado del Comité y por lo tanto favorecedor de los que a él llegan.
Luis Alonso Luengo en su obra EL Reloj de la Puerta del Sol hace coincidir a Losada y a don Matías en Astorga y cita para ello la obra de la que aquí tratamos, sin embargo nada de esto se dice en ella. En ningún sitio afirma que coincidiera con Losada. Desde la muerte de Losada en 1870 a la publicación de don Matías en 1909 han pasado muchos años y las afirmaciones que este hace puede que sólo intente aumentar la importancia de los personajes de Astorga y alrededores.
Ni pobre,
ni desdichado,
Llegó jamas a su puerta
A quien no le fuera abierta
De su corazón a par;
Establecido entre Ingleses,
Jamás de española tierra
Llegó ninguno a Inglaterra
Que de él se pueda quejar.
Liberal por convicciones
Y por circunstancias luego,
Jamás ha atizado el fuego
De nuestra guerra civil;
Ni en su opinión ni en su vida
Hay nada que le avergüence:
Jamás su carácter vence
Temor ni codicia vil.
Un español, sea carlista
O liberal, a él bien llega:
Pues Losada no reniega
De ser español jamás;
Y entiende por españoles
Y recibe como a hermanos,
A cuantos americanos
Lo fueron tiempos atrás.
Por cien remotos países,
Que jamás ha visitado,
Su reputación de honrado
Bien establecida está;
Y en su sencillez modesta
Tiene él solo mas amigos,
Que envidiosos y enemigos
El poder a muchos da.
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